
Cada día más disrupción, pero tu CONFÍA – Learning Letter 215
14 noviembre, 2025
EL EDITORIAL
Mes de Noviembre intenso, lleno de aprendizajes y vida. Pero ¿qué tiempo no es intenso y enriquecedor cuando se ha decidido “ir viviendo” sin conformarse con simplemente sobrevivir? El que sobrevive, espera; el que vive, actúa.
Y son tiempos para actuar, no solo para dejarse arrastrar. Son tiempos no solo de cambio sino de transformación. Y a cualquier edad, incluso a los 80. De eso va el artículo de este mes. ¡Anímate a leerlo!
Y, ¿por dónde y qué estuve haciendo este mes? En cuanto a relacionamiento y divertimento estuve en un desayuno con los compas de Areneros al cual también acudieron por primera vez algunas mujeres, esposas de compañeros.
Estuve en el cumple de María Escat ¡Felicidades, María! ¡Qué gran fiesta organizas!
Comiendo con mi sobrino Pablo Gasalla y Carlos Pelegrín. ¡Qué fuerte viene mi próxima generación! ¡Son los dos unos cracks!


Disfruté de la charla estupenda de mi compa Camilo Tomé en la Parroquia de Nuestra Señora de las Fuentes, sobre “salud, cuidado y bienestar”. Camilo es un sabio.
Asistí igualmente al I Foro de Liderazgo Humanista que organizó Deusto (Martín ya lleva organizados 9). Allí estaba Macarena Cuenca, Marta Aguilar, José Ignacio Goirigoizarri, Jordi Albareda … ¡Magnífico! ¡Enhorabuena Marta!
Mi hija Sira estuvo por Madrid y nos fuimos a comer, en amor y compañía, un cocido a la Gran Tasca ¡sabrosísimo! Y con Sira, genial.
Siguiendo aprendiendo con Javier Gomá con motivo del 10º Aniversario de El Español. ¡Qué gran conocimiento tiene Javier!.

Este mes ha sido prolífico en cuanto a presentación de libros. En concreto asistí a 6 presentaciones, a cada cual más interesante.
Pilar Falcón presentó su libro: “Un camino de cine Xacobeo” y nos habló en el Ateneo, ¡qué lugar precioso y lleno de Historia, sobre el Cine en el Camino de Santiago. Pilar siempre brillante.
Por otro lado, Beatriz Valderrama a la cual acompañé en la mesa para presentar su último libro: “El arte de pensar”. Libro muy poderoso con un contenido muy útil y actual ¡Enhorabuena Beatriz!.
Asistí a la presentación del último libro de José Luis Campos (otro sabio): “Olímpicos” ¿cómo se puede saber tanto del deporte de élite? ¡Enhorabuena Pepe Luis!
En el Foro Ganivet de este mes se presentó el libro “De libres y tiranos” de Manuel de Miguel y José Ignacio Ruiz. Ya lo estoy leyendo. Gran libro. ¡Enhorabuena Manuel y José Ignacio!
Hice una pequeña plática en la presentación del libro de Raquel Hermida: “Juega” acompañado de Xabier Pardiñas, Mar Olayo y Marta Romo. Además de la autora claro ¡menudo elenco! ¡Enhorabuena Raquel!
Y el sexto libro del mes fue el de otro sabio, mi amigo del alma José Manuel Blanco que esta vez presentó su “Manual apasionado de Gestión de Personas” de la mano de José María Prieto en el Colegio de Psicología de Madrid ¡Enhorabuena José Manuel!


Asistí al funeral por el eterno descanso de Juan Luis Cremades, hermano de Javier. Un funeral iluminado por la música del coro Magníficat. Precioso epílogo. D. E.P.
Más cultura. Asistí con mi amiga Leda a un festival artístico en el Teatro Nacional de Costa Rica. ¡Precioso entorno!, el cual recojo en el reportaje fotográfico de esta LL. Pasé un par de días deliciosos con Leda. Muchas gracias.
Aporté valor en la Masterclass de Esencia Life con los maravillosos Sergio Visus, Cristina de Arozamena (Cristina, te quiero mucho), Alberto Magariños…
También estuve en Valladolid, acompañado de Enrique Figallo con un grupo maravilloso de directivos de la Función Pública Autonómica (¡qué motivación!). Muchas gracias, Araceli Rojo.
En la Escuela de Otoño de Proyecto Hombre en EL Escorial. Disfrute, aprendizaje, docencia ¡Muchas gracias, Elena, Lorena… todo el equipo!


El Congreso de la Abogacía Humanista creado y realizado magistralmente por Martín Hernández Palacios y Karen Sánchez me invitó a dar una conferencia sobre CONFIANZA. ¡Que gusto el mío y… al terminar también el gusto de todos ¡Muchas gracias, Martín y Karen!
También estuve con la Delegación Centro de la ONCE dirigida por Luis Hoyo y su “lugarteniente” José Luis Guerrero ¡Cómo disfruté con todo el grupo! Muchas gracias, Luis y José Luis.
Terminando con el PAG en Costa Rica ¡Cómo he disfrutado durante los últimos 15 años yendo por ese maravilloso país! Esta vez, de despedida. Siempre he encontrado un gran cariño de todos en el INCAE. Gracias Camelia, Lúa, Raquel, Adri…y tantos otros. Gracias Esteban Brenes por permitirme dar las últimas clases en cada PAG. ¡Ha sido memorable para mí y espero que para otros muchos!
Este mes, las fotografías son del INCAE y de San José y la música “Soy Tico”.
¡Pura vida!


CANCIÓN DEL MES: “Soy Tico” de Carlos Guzmán.
"Soy tico
Porque llevo a Costa Rica en las entrañas
Porque lloro cuando escucho una guitarra
Cuando trema la marimba y con la puesta del sol
Soy tico y si me asomo a la ventana
Me cautiva la montaña y se me alegra el corazón"

Artículo.

“Dedicado a mis compas de Areneros”
Todavía es frecuente encontrar personas a las que les cuesta hablar de la vejez y aún más de la muerte. Y seguramente encontramos pocos sitios donde te puedan preparar para vivir esos últimos o penúltimos años lo mejor posible.
El otro día, estando por Costa Rica, visualicé un vídeo de Walter Riso que trataba de este tema. Voy a recoger aquí algunas de sus ideas juntamente con las mías que además de ideas son experimentaciones propias actuales ya que en este momento soy un octogenario.
Todavía nos falta mucho por saber de nuestro querido cerebro, pero lo que está ya claro es que evoluciona e incluso se transforma con la edad. Y esa transformación no necesariamente se da en la línea de la degradación o del deterioro cognitivo. Se va ajustando, de forma que nos ayuda ya no solo a sobrevivir sino a poder seguir viviendo en una nueva plenitud. Confía.
Pero no es gratis ni se produce de forma natural. Esta transformación a la que está dispuesto el cerebro hay que impulsarla a través de nuestro ejercicio mental, nuestro ejercicio físico, nuestras horas de sueño, nuestra alimentación saludable…
Vamos a reflexionar aquí sobre 10 aspectos importantes de esta transformación que nos hace sentir como seres diferentes, como si hubiésemos perdido la identidad a la que estábamos agarrados y fuésemos evolucionando por nuevos senderos vitales.


1. Me doy cuenta de que mi mente y seguramente mi cerebro (una parte) no se sienten de la misma edad que mi cuerpo. Pienso, siento e intento actuar como hacía diez o veinte años atrás. En muchos casos lo sigo haciendo y …. ahora mismo, en Costa Rica he estado con un grupo de 35 profesionales durante un día y medio a tope y ¡claro!, mi espalda se ha quejado de estar de pie la mayor parte de ese tiempo. Claramente no hay sintonía entre mente (expectativas) y cuerpo (posibilidades). Hoy de momento me divierte darme cuenta lo despistado que a veces ando con mi propio ser.
2. Avanzando en esta transformación te vas dando cuenta que sigues necesitando a los otros, pero ya no tanto su reconocimiento. Es como si ya tuviésemos muchas menos necesidades de demostrar nada a nadie. Nos vamos dando cuenta que “no todo el mundo es bueno” pero que eso no es un drama. No se necesita a todos para seguir viviendo equilibradamente. Se va haciendo uno más selectivo. Cada vez sabemos más de la vida en base a nuestra experiencia y eso nos da poder. Y aunque es verdad que aparecen miedos nuevos, lo cierto es que cada vez son menos, lo cual te lleva a sentirte más libre.
3. La dimensión del tiempo cambia, se percibe muy diferentemente. El tiempo muchas veces refleja el número de experiencias nuevas que se tienen y claramente el número de éstas disminuye. “El año pasó volando”. Es como si el cerebro comprimiese al tiempo.
Aparecen también distorsiones respecto al pasado y respecto al futuro el cual, se nos hace cada vez más difícil de planificar.
Se vive entonces más intensamente el presente. Es lo que hay, es lo único tangible y vivible.
4. El filtro social se va apagando. Deja de tener la relevancia que le dimos durante etapas anteriores de nuestra vida. El “padre crítico” atenúa su poder. Nos vamos permitiendo actuar más a nuestro aire. No perderemos seguramente la “educación” frente a los otros, pero iremos hablando y haciendo sin pensar tanto en el impacto en el otro. Se va respondiendo más a estímulos positivos que negativos. No nos vamos a dejar preocupar tanto como antes, cuando se trata de cosas triviales. Las prioridades cambian. Se va confiando más en los otros con lo cual nos vamos haciendo más vulnerables. Es como si nuestro sistema de detección de amenazas fuese bajando la guardia. Nuestro querido sistema reptiliano va tomándose un descanso. También aparecemos como más cariñosos, menos guerreros y deseando abrazar y ser abrazado. La verdad es que no sé si en mi caso siempre he sido “viejo” pues siempre me han encantado los abrazos y el “apapacho”. Y esa es una de las razones de siempre estar deseando ir por Iberoamérica. Nuestra espontaneidad va reluciendo cada vez más, siendo como más auténticos, dejando las máscaras y caretas en el armario.


5. Hoy la memoria se va haciendo selectiva. Es verdad que la memoria próxima de tanto en tanto te juega una mala pasada… ¿en dónde he dejado el móvil (celular)?,¿qué te estaba diciendo?... Pero también van apareciendo recuerdos del pasado, incluso de cuando éramos unos niños. Sobre todo, recuerdos anclados con una carga emocional. Esos emergen con una fuerza inusitada, aunque no hay garantías de que aparezcan reflejando aquello que sucedió realmente. Normalmente reescribimos el pasado haciendo ajustes en los que aparecen reforzados los recuerdos positivos. Es una defensa de nuestro cerebro que se agradece. Nuestra vida es más placentera al no acordarnos de todas las desgracias y desventuras que sufrimos durante nuestra vida. Lo que voy sintiendo ahora es lo que importa. Vamos recordando lo que nos importa y podemos decir que nuestra memoria se va haciendo poética, protectora, benefactora de nuestra salud ¡qué gusto!
6. Nuestra necesidad de conexión humana se intensifica. Se va convirtiendo en el elemento crítico que influye en nuestra esperanza de vida y en nuestra felicidad. Y sin embargo la sensación que vamos teniendo al cumplir años es que nos vamos haciendo “invisibles” y que cuando existe un “triaje” médico, la edad juega en nuestra contra.
Se necesitan, se buscan, los gestos de intimidad. La sexualidad sigue estando ahí evolucionando de lo genital a lo afectivo.
Necesitamos que nos toquen, que nos acaricien. Cada gesto de intimidad se siente más profundamente. Comenzando por las palabras convertidas en caricias.
La soledad no deseada es tóxica a nivel celular y el cuerpo se va apagando por falta de contacto humano. Ese contacto libera oxitocina que nos hace sentir “en confianza”.
Vamos sintiendo la necesidad de presencia del otro, de una conversación amable en la cual poder expresar nuestros sentimientos.
7. El miedo a la muerte va disminuyendo. Se hace esta más palpable, más próxima, más inevitable. Se va teniendo más curiosidad sobre cómo puede acontecer y cuál es su verdadero significado. Se va viendo cada vez más como una etapa final de la vida. Se han vivido tantas experiencias de muerte alrededor nuestro que ya se va viviendo como algo más normal, más natural. La familiaridad que vamos teniendo con ella va reduciendo el miedo. Sentimos y vamos comprobando que nuestra proyección hacia el futuro va disminuyendo y nos van quedando cada vez menos tareas pendientes o realmente tienen cada vez menos importancia. A mí me gusta recordar al tratar este punto, la importancia de revisar a ver si tenemos todavía alguna conversación pendiente con algún ser querido. Al ir aceptando la muerte vamos reduciendo nuestro nivel de ansiedad. En ocasiones incluso se puede ver como un descanso merecido o también al visualizar la muerte te puede alentar a vivir mejor lo que te queda de vida, yendo más ligero.
8. Vamos sintiendo que nuestra identidad no tiene a qué agarrarse. En el pasado podía significar con el ser hijo, padre, esposo, profesional... Y de hecho de cada uno de esos roles podía surgir el propósito de vida de cada uno; ¿y ahora qué? ¿cuál es mi role? ¿superviviente? ¿viejo? Comienzo a no estar seguro de quién soy. Vamos siendo un tenue reflejo de lo que fuimos. Una leve sombra con el peligro de dejar de tener un sentido de vida, una razón importante para seguir viviendo. Pero aquí está una de nuestras grandes oportunidades: la de ir reconstruyendo nuestra identidad desde nuestro hacer y tener a nuestro “ir siendo”. Somos seres inconclusos que vamos componiéndonos en el camino de nuestra vida. Ahora, cada vez más, voy siendo yo, que ha ido abandonando el ego que le ha ayudado a vivir. Sigamos viviendo ahora sin buscar desesperadamente aquel que fuimos, contando siempre las mismas historias.


9. La empatía se expande en nosotros de forma que es como si espiritualmente fuésemos sintiendo que somos “todos en uno y uno en todos”.
Da la sensación de que las “neuronas espejo”, se activasen más y más y que los sentimientos, emociones y estados de ánimo de los otros llegasen a nosotros casi de inmediato al relacionarnos con ellos.
Vamos sintiendo el sufrimiento del mundo y vamos siendo conscientes de la gran dificultad de “ir siendo felices” en la realidad global en la que estamos inmersos.
10. Y aparece la trascendencia al igual que nos aparecía, o al menos conmigo sí lo hacía, cuando era joven y me preguntaba aquello de “de dónde venimos y adónde vamos”.
Ahora, además de esas preguntas existenciales y otras, aparecen nuevos cuestionamientos basados en lo que hemos hecho, cómo hemos vivido, qué legado dejamos, cómo hemos amado, qué hemos aportado a la sociedad…
Y también, ¿de qué forma ir cerrando el círculo?
En definitiva, la vejez con salud es una etapa vital previa a la muerte, que se puede vivir con una nueva intensidad y que además durante esta etapa vamos a tener que ir alzando la voz para hacernos ver, hacernos respetar, hacernos escuchar y al mismo tiempo demostrar que podemos seguir aportando a la sociedad.



