¿NO SERÁ EL MOMENTO DE… TRANSITAR DEL “DES” AL “RE”? Learning Letter 152
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7 octubre, 2020
Ya sabemos que lo desconocido nos asusta, nos desconcierta, nos crea miedos. Todo tipo de miedos, unos basados en algún dato real, otros imaginarios.
Y llevamos 6 meses inmersos en diversas pandemias. Y la pandemia significa que no es una cosa que me ocurra a mí, a nosotros, mi familia, mis vecinos… No. Es a todo el mundo. Nadie se libra. Y eso, claro, asusta aún más.
Pero, no es la única pandemia la del virus (que no voy a darle su nombre para no hacerle aún más famoso). También estamos en una “infodemia”, una invasión de informaciones muchas veces contradictorias que al final te llevan a la conclusión no sólo de que “no se nada” (eso podría ser una cura de humildad interesante), sino “nadie sabe nada” o lo que es aún peor, “los que saben no quieren que sepamos nada”.
Y miras a tu alrededor y no ves a nadie. Ves mascarillas. Ves a individuos parapetados detrás de sus tapabocas (cállate y si acaso susurra). Y surge la 3ª pandemia, para mí la peor de todas pues es la que más se va extendiendo, que es la de la desconfianza y los miedos. Y nos exigen o nos recomiendan (no sé lo que es peor) que mantengamos la “distancia social” ¡Menuda barbaridad! Hablemos de distancia física, ¡por favor!
El lenguaje es crítico. Condiciona comportamientos, que al repetirse se van convirtiendo en hábitos.
El ser humano se ha ido adaptando al entorno pero sobre todo ha ido transformando ese entorno con su creatividad, (David de Prado), su talento (me acuerdo de mi amigo Juan Carlos Cubeiro), su curiosidad (me viene a la cabeza la maravillosa Teresa Viejo), su afán de aprender y emprender (los estupendos Juan Carlos Casco, y Telémaco Talavera)….
El ser humano es un ser creador, transformador y en continuo desarrollo. Pero para eso, se mueve, se sustenta en su esencia como ser social. Ser que necesita de los demás para sentirse uno en todos. Para ser.
Y ahora… nos están pidiendo, recomendando, exigiendo… distancia social.
Mantén la distancia física, lávate las manos, cuídate… pero reduce la distancia social, acércate a los demás, ayúdales, apóyales, ánimales… Son momentos para unirnos como seres sociales. Unirnos para gestionar mejor nuestros miedos y seguir viviendo sin que nos atenacen y condicionen nuestras vidas. Una cosa es actuar con precaución (que es lo que tenemos que hacer) y otra es renunciar a actuar y quedar paralizados por nuestros miedos.
Y para esta “Learning Letter” he querido recuperar una “historia” que ya había publicado hace años pero que creo que es apropiada a los tiempos actuales.
Y este mes… aparte de dedicar tiempo a gestionar mis propios miedos he continuado dando charlas sobre bienestar y felicidad (“sí, has leído bien”), cambio y transformación, liderazgo… y sobre todo confianza.
¡Que no falte!
ARTÍCULO: Del miedo a la parálisis.
HISTORIA:
“Un hombre vivía al lado de una calle en donde vendía perritos calientes.
Se ocupaba de la propaganda del negocio y colocaba carteles por la calle, ofrecía su producto en voz alta y los transeúntes compraban.
Las ventas fueron aumentando y cada vez compraba mejor pan y mejores salchichas.
Tuvo que comprar también un fogón mayor para poder atender un creciente nº de clientes, y el negocio prosperaba…sus perritos calientes eran los mejores de todo el barrio.
Triunfador, consiguió pagar una buena escuela para el niño, el hijo creció y fue a estudiar economía en una de las mejores Universidades del país.
Finalmente, el hijo ya formado, volvió a casa, notó que el padre continuaba con la vida de siempre y decidió tener una conversación seria con él:
-Padre, ¿Vd. no oye la radio? ¿No ve la televisión ni lee los periódicos?-Hay una gran crisis en el mundo. La situación de nuestro país es crítica. Todo está muy mal. El país va a quebrar.
Después de oír las consideraciones de su hijo doctor, el padre pensó: si mi hijo que estudió economía, lee los periódicos, ve la TV, cree esto, seguro que tiene razón.
Con miedo a la crisis, el padre buscó un proveedor de pan más barato (y claro, peor) y comenzó a comprar salchichas más baratas (que eran también peores), para economizar dejó de hacer carteles de propaganda en la calle.
Desanimado por las noticias de la crisis ya ni siquiera ofrecía su producto en voz alta. Tomadas todas estas “providencias” las ventas comenzaron a caer y fueron disminuyendo hasta niveles insoportables para el negocio del viejo, que antes generaba recursos incluso para pagar los estudios de economía del hijo, y al final quebró.
El padre, triste, entonces habló con el hijo: “estabas en lo cierto, hijo mío, estamos en medio de una gran crisis”.
Y comentaba con los amigos, orgulloso: “bendita la hora en que animé a mi hijo a que estudiase economía, así me pudo avisar de la crisis…”
Los miedos nos ayudan a sobrevivir. Pero, el exceso de miedos nos lleva por mal camino. Los miedos nos atenazan, nos bloquean, nos linealizan en el sentido de reducir la percepción del sistema en el que estamos inmersos y nos llevan a verlo sólo como una linealidad causa-efecto. Y se busca generalmente la solución más obvia, más de siempre, más fácil de aplicar, más en nuestras manos, más lineal. Más la de todo el mundo. La más conservadora, cerrada…
Es hora de abrirse, de relacionarse, de confiar.
La vida siempre ha sido y será una gran paradoja que implica riesgo.
¡Protégete, protégenos y disfruta confiando!
En tiempos de incertidumbre, busquemos modelos inclusivos.
No es cuestión de decidir salud o económica. Actuemos y decidamos desde la inclusión: Salud, economía y libertad.
Y más allá de las instancias públicas, que cada uno reflexione: ¿Cómo tengo que actuar para mantener mi SALUD y mi ECONOMÍA y mi LIBERTAD?
Cambiando YO, cambiarán alrededor, y el mundo ira cambiando.
Y ya sabes, mis tres ideas finales….
1. Si sabes de algún colectivo que necesite impulso, motivación, ilusión, me avisas para darles una charla de impacto.
2. Si crees que esta LL le puede interesar a alguien que conozcas pásasela o cuélgala; y
3. Y, lo más importante…
…¡Acuérdate de ir siendo Feliz!
Y de reflexionar para actuar
Conferenciante, escritor y Profesor de Deusto Business School. Ingeniero Aeronáutico, Doctor en C. Enonómicas y Empresariales. Diploma de Estudios avanzados en Psicología Social. Línea de investigacion “Confianza y Compromiso”, Presidente del grupo “Desarrollo Organizacional” y “Talentum”. Co-director del Máster de Coaching Ejecutivo en DEUSTO Business School. Evaluador del proceso de acreditación de Coach profesionales, senior y ejecutivos de AECOP (Asociación Española de Coaching).
2 Comments
Cordiales saludos desde Asunción del Paraguay, quiero agradecer y felicitar a mi querido maestro José María, por sus excelentes artículos, pero esta reflexión sobre el miedo y distanciamiento social es muy oportuna y ayuda muchísimo a ponerse muy bien y seguir adelante. Gracias querido maestro y profesor. Abrazo virtual
Jose Maria,
Muy interesantes los articulos que nos abren no solo los ojos a lo que nos rodea, sino el alma a lo que sentimos . Sentir miedo como lo indicas es un sentimiento normal entre los diversos sentimientos que como los llama el poeta RUMI son los diversos invitados en nuestras vidas, pero que bien enfocados o «manejados» nos dan la oportunidad de desarrollar amor, compasion, tolerancia, malestar y ‘resiliencia’. Tienes razon, la gran batalla es sentir miedo pero no obstante actuar. No tenerle miedo al miedo!
Tienes razon no creamos ese termino de DISTANCIA SOCIAL….es DISTANCIA ANTI SOCIAL! Somos seres interdependientes como especie. Y es importante conectarnos con la mente, el cuerpo, es espiritu y con otras personas. Gracias por tu articulo.
Que estes bien al igual que tus seres queridos.