Proyecta confianza (II)
11 febrero, 2015Fluir con la vida (II)
11 febrero, 2015Según la psicología, el ser humano proyecta en los demás aspectos psicológicos de sí mismo, sobre todo aquellos que no reconoce o que no le gustan. Por ejemplo, la persona que se siente incómoda con el estilo competitivo de otra se siente así porque también ella lo es, aunque no lo reconozca, aunque se niegue a reconocerlo.
Este principio hace que reflejemos en el otro la falta de confianza en nosotros mismos, y que desconfiemos de él. Tiene sentido, ¿verdad? Si tenemos poca autoconfianza nos ponemos a la defensiva; proyectamos esta característica en el otro y lo vemos como alguien que también se pone a la defensiva, y si lo vemos como alguien defensivo, no depositaremos en él nuestra confianza porque pensamos que no se comprometerá con nosotros.
Tal vez no estés de acuerdo con este razonamiento y argumentes que no confías en los demás porque a veces te han decepcionado. Aunque así fuera, se trata de una cuestión de proyección, porque debes de ser muy exigente contigo, no admites tus debilidades ni te perdonas cuando te equivocas. Y si no te permites equivocarte, ¿cómo podrías aceptar que los demás lo hicieran? Si no te perdonas por tus debilidades, ¿cómo perdonar las debilidades ajenas? Si no confías es porque tienes miedo de que los demás te decepcionen, pero lo que en realidad evitas a toda costa es decepcionarte a ti mismo.
Pero esto se puede cambiar, porque el ejercicio de tus talentos es una fuente de inspiración para recuperar la confianza en ti mismo, para transformar las creencias que te limitan y gozar de una visión más positiva de la vida. Añade a todo esto algo de lo que no he hablado hasta ahora, que consiste en ser auténtico contigo, es decir, ser consciente de tus capacidades, de tus límites y de cuánto puedes esperar de ti.
Cuando se trata de confianza, es fundamental tener muy claro qué está a nuestro alcance y con qué nos podemos comprometer. En estos tiempos en que tanto se valora la competencia y la competitividad, nos sentimos tentados a esconder nuestros puntos débiles y nuestras dudas por miedo a lo que piensen los demás. Y esto es lo peor para la confianza en nosotros mismos. Debemos tener la valentía de reconocer nuestras limitaciones ante nosotros y ante los demás. Debemos ser capaces de decir qué pueden esperar de nosotros y qué no. Y no es una vergüenza ni un desmérito, más bien al contrario, es un gesto de integridad y asertividad, que son componentes también de la confianza en uno mismo.
En la medida en que lo hagamos con los demás, los estamos estimulando a hacer otro tanto con nosotros. Seremos comprensivos cuando nos digan ‘esto no lo puedo hacer’, y si dijeran una cosa e hicieran otra, comprenderemos que les falta confianza en sí mismos, integridad y asertividad. Tal vez nos sentiremos decepcionados, pero no por ello perderemos nuestra confianza ni la capacidad en confiar en otros. A fin de cuentas, cada cual lo hace lo mejor que sabe o puede.
(fragmento del Capítulo 3 del libro ‘Confianza, la clave para el éxito personal y empresarial‘ de Gasalla y Leila Navarro)
Continuará…