La primavera con su esplendor, sigue confiando. Learning Letter 185

La juventud implica buscar, observar, curiosear, sorprenderse, descubrir, aventurarse… arriesgarse. En definitiva, vivir intensamente, maravillándote de las oportunidades que la vida te ofrece. Y no es fácil mantener ese espíritu, ese estado de ánimo, esa disposición ante la vida cuando vas cumpliendo años. Pero como dijo el otro, en general siempre es mejor que la posible alternativa (la de no cumplirlos). Y aquí influye la capacidad que tengas para seguir teniendo un sentido, un propósito para vivir, para levantarte ilusionado en el nuevo día. Eso sí, después de sentir por donde te duele tu cuerpo. Porque es verdad que la edad viene acompañada frecuentemente de dolores, los de siempre y, de tanto en tanto, alguno nuevo. Pero, acuérdate, eso significa que aún estás vivo. Aprovecha la vida para seguir aportando a otros. Todos podemos aportar, ayudar, acompañar, consolar, escuchar o dar amor a otros. Y en esa aportación, percibimos, sentimos que todo se nos va devolviendo con creces. Es el “ir siendo feliz”

Y una persona “joven”, que sigue emprendiendo se alimenta de sus sueños. Y estos estimulan y ponen en marcha su pasión por seguir el camino que le marca su propósito.

Vamos cambiando, evolucionando en nuestro propósito. Se trata de recorrer diversos procesos que van llenando nuestra vida de sentido. Sabemos, por nuestra propia experiencia, que en ocasiones nos deslumbra el objetivo a conseguir y descuidamos el enriquecimiento que el camino siempre nos proporciona. Sea un camino de rosas o un camino pleno de espinas. Y además ya sabemos que no se encuentra ninguna rosa que no tenga espinas. No hay claridad sin oscuridad que ya decía Jung. La cara B de cualquier realidad es la que da sentido a la cara A. Acepta la existencia del Yin y el Yang dentro de ti y en lo que te rodea.