Obstáculos para la Innovación
11 febrero, 2015La falta de compromiso
11 febrero, 2015Cuando existe fluidez en una empresa, los procesos transcurren sin trabas, la información circula libremente y las personas intercambian ideas y cooperan unas con otras. El mejor indicador de esa característica es el nivel de comunicación transversal, es decir, entre los diversos departamentos de la organización. Por ello suelo iniciar mis trabajos de consultoría verificando si departamentos como administración, ingeniería, marketing, recursos humanos y producción, por ejemplo, actúan conjuntamente en algún o algunos proyectos. Lo que observo es que la fluidez es escasa en muchas empresas y que cuanto mayores son, la situación es peor.
La lucha por el poder, que liga perfectamente con la falta de confianza, es lo que está detrás de la falta de fluidez. Un gran arma para esa lucha es la ocultación de información estratégica, cuando no se está dispuesto a compartirla con los demás. Aunque haya mucha información disponible, lo que da cierta sensación de que se tiene acceso a todo lo que se precisa saber, la información importante, verdaderamente estratégica, es guardada con siete llaves por quien la posee, y ahí está el poder. Por ello, las personas no se comunican transversalmente: encuentran que es peligroso compartir lo que saben, pues pueden perder sus bazas en su lucha por el poder. Además, otro riesgo es que los otros, a su nivel, descubran sus posibles deficiencias, que están ocupando posiciones que no les correspondería en base a sus competencias.
Según el profesor canadiense Laurence J. Peter, ‘todo el mundo va subiendo en la organización hasta llegar a su nivel de incompetencia’. Esta máxima es conocida en el medio académico y profesional como ‘el principio de Peter‘ y explica con una sencillez desconcertante lo que ocurre en muchas empresas.
Cuando ocupa una posición de poder y alta responsabilidad, el profesional cuida mucho de no establecer relaciones de confianza con la mayoría de los que le rodean. Él o ella saben que confiar implica vulnerabilidad y hay que evitar ser vulnerable cuando hay mucho que ganar, o perder. Así, los profesionales de las altas esferas adoptan una postura altamente defensiva y crean un muro en torno a ellas, para que los demás no desafíen su competencia. No se toman decisiones participativamente, no hay intercambio de ideas, no hay conversaciones.
Como ‘lo que es arriba es abajo’, en los niveles inferiores también sucede lo mismo y sólo se comunican dentro de la misma unidad, con lo que se compromete seriamente la fluidez de la organización. Las personas tampoco se sienten libres de decir lo que piensan, pues no existe un clima de confianza que les invite a hacerlo. Esta forma de actuar lleva a una proliferación del ‘hablar a hurtadillas’ en los corrillos, pasillos o espacios para el café.
(fragmento del Capítulo 2 del libro ‘Confianza, la clave para el éxito personal y empresarial‘, de José María Gasalla)
Continuará…